ACERCA DEL MIEDO Y LA ANSIEDAD.
Cuando se presenta una situación peligrosa, entra en acción los mecanismos fisiológicos del miedo y con ello se segrega adrenalina; aumentan las pulsaciones del corazón, se sube la presión arterial, etc. Todo esto lo hace nuestro organismo con la situación de sobrevivir, ya que así es como ha sido a lo largo de la historia de la humanidad en situaciones diversas: ante un volcán y su explosión; un animal que sabemos que nos puede hacer daño; gente peligrosa; un incendio, etc.
Lo normal es que cuando el estímulo que nos provocó miedo el temor desaparezca o bien, nos quede una “reminiscencia” del mismo y se genere un estrés post traumático, es decir, por ejemplo, si nos asaltan en la calle, muchas veces podemos seguir pensando en el asalto, en la impresione nos dejó, el miedo que nos deja, etc. Es así como repetimos en las ideas esa situación, que se va quitando con el tiempo. Ese miedo por lo general es pasajero, pero puede complicarse.
Cuando del miedo se pasa a la ansiedad, esta se manifiesta como que algo va a pasar malo, pero no sabemos a qué; uno de repente está muy sensible a los ruidos externos, se siente tenso, siente que le puede pasar algo a los seres queridos, hay una sensación de que algo malo puede pasar, pero no se sabe a qué.
La ansiedad, a su vez, puede derivar en varios derivados: una ansiedad que se da ante algo, se le llama FOBIA y se evita ese objeto o situación, para no sentir ansiedad. Así el miedo a la gente es la fobia social; si tenemos un miedo excesivo a que nos pueda pasar algo a nosotros, se forma la HIPOCONDRIAISIS, si tenemos miedo a la gente se da la FOBIA SOCIAL, si nos da miedo a salir a la calle o a los espacios abiertos se da la AGORAFOBIA y si son a espacio cerrados nos da la CLAUSTROFOBIA etc.
Cuando la ansiedad es poca, es muy tratable con la psicoterapia, ya que se busca a que es lo que se teme, pero que no sabemos que es, y las fantasías que se generan alrededor de esa ansiedad. Si se deja la ansiedad progresar, esta puede llegar a desarrollar la ansiedad constante y molesta, las fobias o llegar a la máxima expresión de la ansiedad que son los ATAQUES DE PÁNICO.
Cuando se ha llegado a este punto, en el que ya se presentan ataques de pánico, o está bien definida una fobia, una hipocondríasis, etc., muchas veces es indispensable recurrir a los psicofármacos en lo que se resuelve la situación psicológica. Si el progreso ha sido mucho, se deben de tomar los medicamentos de por vida por los cambios cerebrales que se implican.
Haciendo un pequeño símil, es como si no cuidamos una gripa con tos y esta, con el tiempo, puedo ir progresando a una neumonía, una pulmonía, y lo que antes se resolvía con unos días de descanso y tomando líquidos, ahora se ponen en peligro la vida del paciente ya que hay que dar antibióticos, desinflamatorios, expectorantes, medicamentos para la fiebre, etc. etc.
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